No sé cuánto dinero se invierten en estos fastos. Supongo que la cantidad debe ser mareante para cualquier ciudadano del mundo. Pero sí sabemos lo que cuesta salvar una vida:
¡ Mira y escucha cuánto vale el ruido y lo poco que rinde!
Una bitácora de los alumnos de segundo de bachillerato del IES Albert Einstein (Sevilla) que recoge, analiza e interpreta aquellos acontecimientos que conmueven y modificican nuestros conocimientos y sentimientos.
Hace tiempo que un revolucionario dijo: prefiero morir de pie que vivir arrodillado .Este podría ser perfectamente el lema de miles de personas que están saliendo a la calle para gritar la situación en la que viven.Algunos deciden llamar la atención de esta manera, para que los países más desarrollados se den cuenta de la situación de estos pueblos. No podemos recibir como a reyes a sus mandatarios que están maltratando al pueblo por el mero hecho de ser ricos en petróleos .Si ellos salen a la calle y son capaces de suicidarse ,los demás países no podemos mirar para otro lado.Espero que la muerte de estas personas sirvan para que los pueblos den un paso adelante en la historia y acabemos de una vez con la represión de los pueblos .
Poco a poco la sociedad ha ido cambiando, nos estamos volviendo individualistas y solitarios .Esperamos el éxito laboral y personal con el menor esfuerzo. Creemos que los objetos materiales, nos darán toda la felicidad y llenaran el vacio interior. Cada día nos invaden con publicidad que nos incitan al consumo continuo, creyendo que sin consumir esas tecnologías no podremos llegar a ser felices.
En mi opinión estamos en una sociedad llena de tecnologías y vacía de valores y sueños.
Se trata de un texto periodístico, un artículo de opinión publicado en “El País”, cuya autora es Marisa Flórez; en estas letras, expone un gran problema, que está presente en la vida de muchas mujeres de todo el mundo; ese problema es la creencia que tienen muchos hombres: se piensan que las mujeres somos objetos, y que somos de su propiedad, y no tenemos derecho a ser libres, como tal vez pueden ser ellos. Esto no es así, ya que las mujeres somos personas, con el mismo derecho de cualquier ser humano, personas valientes y emprendedoras.
La autora tiene razón, ella no ha cometido ningún delito, el único delincuente es el hombre que ha sido capaz de hacerle tal daño. Si no estaba bien en la casa con la otra persona, veo lógico que se fuera, ya que nadie tiene por qué decirle lo que tiene que hacer, cada persona es propia de su vida. Si el motivo es porque no quería a la otra persona, o porque había dejado de amarle, es lógico. Lo único que hizo, fue irse del hogar donde estaba esclavatizada, y se le negaba lo que realmente quería, para irse en busca de la felicidad, y de la libertad; creo que todos tenemos el derecho a ser felices.
Al ver la imagen, me quedo sin palabras, porque solamente ella puede saber lo que se siente en tal estado, al ver que la persona que tal vez le quiso una vez, le humilla física y psicológicamente. Seguramente, ni el autor de tal crimen sería capaz de posar con tales secuelas y tan dignamente ante una cámara, para que luego, dicha historia fuera conocida por todo el mundo. Pienso que en nuestro país, tenemos mucha suerte, ya que tenemos el derecho de separarnos, y nosotras podemos tener una ayuda para que dicha persona no se acerque en caso de malos tratos.Nos encontramos ante un texto cuya intención es expositiva-argumentativa. Es un texto periodístico, un artículo de opinión, publicado en “el País Semanal”, por Juan José Millás. En él, pretende hacernos ver las consecuencias de la crisis económica, y las decisiones políticas. Parece una simpleza, pero esto afecta a toda la población, aunque sea peor para unos que para otros.
Es indignante la actitud de esta persona, ante el desastre que él mismo ha provocado. La víctima de la injusticia política, dejó una familia atrás, y tal vez un futuro mejor; sin embargo, decidió sacrificarse para así llamar la mayor atención posible, y poner fin al sufrimiento de muchas personas. Claro, que para los que tienen el poder de hacer que la justicia se cumpla, es fácil mirar hacia otro lado. Es increíble ver cómo algunas personas pueden estar encarceladas por delitos simples (como el artículo comentado de las hermanas Scott), mientras otra puede disfrutar de unas vacaciones, habiendo robado una gran cantidad de dinero con la que podrían comer muchas familias pobres, y siendo el responsable del suicidio de un ciudadano trabajador. Todavía es más increíble cómo es capaz de abandonar su puesto político, habiendo visto las consecuencias que había provocado. Esto es una muestra de cobardía, ya que una persona responsable y valiente como para afrontar los hechos, intentaría arreglar la situación del resto de los ciudadanos, y afrontaría la situación dignamente, no huiría, haciendo ver que no tiene escrúpulos. Si yo fuera el hombre, que está terriblemente vendado como una momia, no sé si sería capaz de aguantar tal visita, y más poco antes de mi muerte.
Observando la expresión del equipo médico, se nota que es horrible la situación en la que se encuentra este hombre; el político tiene suerte de que no se le abalanzaran todos encima.
Todo esto es indignante. Este hombre se ha preparado durante toda una vida para conseguir un buen trabajo, por lo menos tener una base con la que mantener una familia. Debe ser muy frustrante para él haber estudiado una carrera y no tener trabajo donde poder aplicarla.
Cierto es que el sistema no funciona, ya que hay un número limitado de profesores que pueden ser sustituidos durante sus bajas; es decir, que si ese número de personas se cumple y un profesor se da de baja durante un tiempo, ese puesto de trabajo no se cubre y hay consecuencias: quitamos un posible puesto de trabajo, y dejamos a unos estudiantes sin derecho a adquirir conocimientos, que tarde o temprano, les serán exigidos para seguir con sus estudios.
Esto, aunque parezca que solamente afecta a una pequeña parte de la población, no es así, pues estamos hablando de la base de esta sociedad. Claro, que a esto no se le pone remedio, ni aunque escuchamos todos los días en las noticias que somos de los países que vamos más atrasados en la formación profesional. No veo bien que nos quejemos de esto, cuando estamos implantando normas que nos impiden mejorar esta situación; cierto es que algo se ha intentado hacer, pero nunca está de más revisar las cosas.
¿Se le pondrá solución?, ¿Se quitarán más puestos de trabajos?... ¿Qué será de nosotros cuando queramos encontrar un empleo?. Hay personas con la misma edad de este hombre, que han tenido más suerte, y ya tienen una familia propia; me pregunto qué planes tendrá él, además de encontrar un trabajo y no tener que ser mantenido por sus padres, después de haberse esforzado tanto.
Pienso que el autor de este texto lleva razón; parece que los políticos pertenecen a otra dimensión opuesta a la del resto de mortales. Es como si ellos no tuvieran familias, no pensaran en sus seres más cercanos y queridos,…como si no tuvieran sentimientos. Y es que si alguna vez hubieran pasado hambre, o hubieran tenido un trabajo duro físicamente, no actuarían del mismo modo; y si así ha sido, actúan de una forma egoísta. No paran de afirmar que hay cambios y más cambios, que entán trabajando para que todo se solucione, pero en realidad no es del todo cierto. No lo plantean bien, porque si así lo hicieran, no se vería en la televisión cómo luchan unos contra otros, sino pensarían entre todos qué es lo que se puede hacer para mejorar cualquier situación. Una buena idea, creo que son las encuestas, que haya una recolecta de la opinión de todo el mundo para ver qué es lo que piensan los ciudadanos, y si no hay nadie para que compruebe los datos, que se haga por internet, o que contraten a alguien, y ya hay una persona menos en el paro. Bien es cierto que todo el mundo no es de la misma opinión, así como que un partido no es de la misma opinión que el otro, pero se supone que tienen la misma idea en común: mejorar la situción actual de crisis. Hay un refrán que dice: “si no puedes con tu enemigo, únete a él”. Pues podrían pensar en algo parecido, o por lo menos perjudicar lo menos posible al resto de mortales que intentamos seguir adelante cada día. Respecto a lo que ha hecho el hombre de la fotografía, he de decir, que me parece lógico, ya que está luchando por la persona que más quiere. Lo que no me parece justo, es la actitud que tomaron los allí presentes, cuando se llevaron al pobre hombre; como si hubiesen visto un pájaro que ha entrado por la ventada y se ha marchado en cuanto ha encontrado la salida, en vez de a una persona que casi se mata, por una petición de ayuda.
Es cierto que cada vez es más complicado educar a los hijos y disfrutar de ellos. Con la vida tan acelerada que llevamos, cada vez se ven más familias enteras trabajando, debido al coste que supone mantener una familia. La integración de la mujer al trabajo me parece genial, ya que también podemos trabajar y formarnos como personas que somos; no se nos debería condicionar por el simple hecho de ser mujeres. Esta ama de casa es un buen ejemplo para todas las mujeres que, o bien se dedican día sí y otro también a sus casas, o bien se ganan el pan todos los días, ya que demuestra que está muy bien informada y se desenvuelve perfectamente a la hora de expresarse.
Me parece que el debate que plantea esta señora, es muy complejo, ya que yo, como mujer que soy, me gustaría trabajar una vez que obtenga los conocimientos necesarios, y formar una familia. Una madre siempre quiere educar a sus hijos lo mejor posible, y esta sociedad no nos lo pone nada fácil, ya no solamente por las circunstancias de las familias, sino por cómo los medios influyen en los más pequeños de la casa; claro que para que esto no ocurra, los padres tienen que estar pendiente de sus hijos. Algunas empresas no se plantean que tal vez deberían cambiarle el horario a sus trabajadores (dentro de lo posible), para que lo dicho anteriormente marche bien. En fin, que todo el mundo se ve obligado a hacer malabares con las 24 horas que tiene un día. Ante todo esto, es cierto que nos quedamos esperando con los brazos abiertos como si nos fuese a venir una solución, y tal vez es porque vemos el día a día como una rutina.