Independientemente de nuestros credos, no negamos que pocas afirmaciones (¿ninguna?) puedan ir más allá de "amaos los unos a los otros como yo os he amado". ¡Qué gran sentencia! ¡Y qué bien la han manoseado! Pues bien, compañeros, os felicito la Navidad con esta magnífica postal, un soneto de Luis Rosales, de Retablo sacro del nacimiento del Señor.
Sentí decir ¡Belén! y un inseguro
empuje me arrastró; quedé un momento
sin poder respirar; pálido y lento
volví a palpar el muro, y tras el muro
el roce de un testuz súbito y duro
me hizo pasmar; después sentí un violento
temblor de carne y labio, el movimiento
gozoso de la gente y un oscuro
miedo dulce a volver; seguí avanzando
y resbalé en la paja; ya caído
toqué el cuerpo de un niño: yo quería
pedirle ver y me encontré mirando,
sintiéndome nacer, recién nacido,
junto al rostro de Dios que sonreía.
Quieran los dioses que nosotros también podamos ver a la luz de ese farol en pleno día.
¡Feliz Navidad!
SALUD y SUERTE
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