Esta ilustración, aunque no nos lo parezca, no resulta inédita para la impasible mirada de la periferia. Tal ha llegado a ser la lucha por la supervivencia en estos desamparados países que, imágenes como la actual resultan rutinarias para los presentes y, lo que es más inconcebible, queda sin sanción alguna, pero... ¿A quién atribuirle tan aborrecible delito?. Seguramente pensemos que no es culpa nuestra y que esa persona ha tenido simplemente mala fortuna al haber nacido en tan mísero lugar; y si lo analizamos desde esa persepectiva incluso puede que llevemos razón pero, ¿es que tampoco podemos hacer nada por evitar estos tristes acontecimientos?.
Ante estas situaciones no ayuda en absoluto el sentir compasión, y creo que todos estaremos de acuerdo en que es injusto que se pierda tan inútilmente una preciada vida humana. Es por ello que la población mundial, de la que todos formamos parte sin excepción, actuemos cohesionados persiguiendo un mismo objetivo, que es evitar que lleguen a nuestras retinas estampas tan deprimentes.
1 comentario:
Sí, pero causa pavor llegar a tal grado de sumisión. Al final, eso, que tenemos mucha suerte por haber nacido en otra latitud. ¿Cuál es la conclusión? Somos seres sometidos a la dictadura de los Estados, que se suponen que son los salvaguardas de nuestras libertades, pues en ellos voluntariamente las hemos depositado para su administración. Y sin embargo... ¿y ahora qué?
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